| ]


Para Gandhi, el movimiento de No-Violencia significaba la renuncia al uso de la fuerza y la disposición de asumir sacrificios.

Inspirados en este pensamiento ,7 enfermeros profesionales de los estado Carabobo, Guárico, Portuguesa y Vargas iniciaron el 21 de marzo pasado una huelga de hambre ante la sede la Embajada de Brasil en Caracas, para exigir un aumento salarial de acuerdo a sus necesidades.

Una protesta que poco a poco fue sumando voluntades y compromisos de más enfermeros que en Caracas y en otros estados tuvieron que poner en riesgo su salud para exigir lo que por Derecho Humano les corresponde, tal y como señala el artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

1.200 BsF. es el sueldo que un profesional de enfermería devenga en Venezuela, el cual no alcanza para cubrir las necesidades básicas de alimentación, vivienda, educación, entre otras.

Con el paso de los días y con la ausencia de respuesta oficial de las autoridades responsables de atender las quejas de cualquier venezolano, 6 enfermeros tomaron la decisión de extraerse la sangre en señal de radicalización de la protesta, situación que produjo la descompensación de 2 de los huelguistas. La persistencia, la unión y la convicción hicieron sin embargo que la lucha continuara.

El 13 de abril, Julio García fue el primer enfermero en coserse la mitad de su boca, para solicitar celeridad en el reclamo justo de sus compañeros. Pero esto no fue suficiente para lograr el objetivo. La acción continúo: Erika Segovia, enfermera de Maracay, Estado Aragua, fue la segunda en coserse los labios. A Erika la impulsó no sólo el derecho de tener un salario digno sino el deseo de su hija de 7 años de ser enfermera en un futuro. Con lágrimas en los ojos, media boca cosida y un indudable agotamiento físico y mental, solicitó a la Ministra de Salud, Eugenia Sader, que renunciara a su cargo y criticó la indolencia con la que la directora del despacho de salud había asumido la huelga.

15 de abril: Eduardo Sánchez fue el tercer huelguista en suturarse los labios; en esta oportunidad toda la boca. Sánchez fue también uno de los enfermeros que decidió extraerse la sangre. El 22 de abril, durante la Semana Santa, Richard Rangel, enfermero del estado Carabobo se crucificó simbólicamente con un mensaje pintado en su pecho con tinta roja: "muere la salud". Otra medida que adoptaron los enfermeros amparados en la lucha no violenta como medida para reivindicar y hacer valer sus derechos.

Más de un mes de protestas de toda índole: coserse la boca, extraerse la sangre, crucificarse, marchas, cartas a embajadas, cadenas humanas, oraciones, entre otras, con el objetivo de obtener una remuneración acorde a su profesión y responsabilidades. Un costo que significa el desgaste de algunos, pero la reivindicación de todo el gremio.

Una protesta que deja un mensaje a toda la colectividad e invita a seguir este ejemplo no-violento para exigir los derechos que son conculcados por un régimen que excluye a quienes reclaman lo que merecen.

Noticias más destacadas

Hazte Fan

 
Share